9/6/25

¡VIVA LA DEMOCRACIA SOCIAL!

Las elecciones, verdadero sostén del sistema democrático, allá donde se dan, marcarán el rumbo político de regiones clave en el mundo. En Europa, el calendario electoral tras pasar por las últimas citas en Polonia, Rumanía, Albania, Moldavia y Portugal dejan un mapa político complejo. Veremos qué pasa en Noruega y la República Checa. 

Todos estos ciudadanos europeos han tenido o tendrán la posibilidad de elegir qué modelo de sociedad quieren. Más social o más individual. Muchos analistas nos hablan de que cada vez más gente siente que el modelo neoliberal está agotado. No solo porque ha dejado de dar respuestas, sino porque ha generado problemas profundos: precariedad, desigualdad, inseguridad vital y una democracia cada vez más débil. Entonces, ¿qué viene ahora? 

Desde los centros de poder solo nos plantean dos caminos: continuar con el modelo de siempre —desregulación, privatizaciones, recortes y una política sometida a intereses económicos— o apostar por una ultraderecha que se disfraza de antisistema, pero que protege los mismos privilegios, persigue la disidencia y recorta derechos. Ambas opciones nacen del mismo sistema: un capitalismo que ya no sirve a la mayoría ni ofrece un futuro digno. Estos últimos los conocemos muy bien por España. Se apropian del lenguaje del pueblo, usan el miedo como pegamento, se disfrazan de antisistema, reescriben el pasado y atacan los derechos como si fueran privilegios. 

Ambas opciones parten del mismo modelo: un capitalismo que ya no funciona para la mayoría donde además la derecha clásica en muchos países blanquean el odio y la mentira y, la llamada «internacional reaccionaria», con epicentro en la Casa Blanca, viene interviniendo activamente en los procesos electorales europeos, impulsando candidaturas de extrema derecha y tejiendo alianzas destinadas a desestabilizar el proyecto democrático del viejo continente y, ninguna ofrece un futuro mejor. 

Mucha gente, desesperada y sin alternativas claras, ha dejado de votar a las opciones clásicas que desde la Segunda Guerra Mundial vienen operando y se han pasado a la extrema derecha, que no a la izquierda radical. No porque compartan su discurso, sino porque esperan un cambio real. Culparles desde el bloque progresista por eso es no entender su situación. El problema no es su voto; el problema es que no se está siendo capaz de ofrecer soluciones que conecten con sus vidas. 

Frente a este capitalismo salvaje solo hay una salida con futuro: recuperar la esperanza en un proyecto de transformación profunda, en favor de la libertad y la igualdad. Si lo prefieren -por aquello de no asustar-, póngale usted mismo el nombre. ¡Viva la democracia social!

7/6/25

ROBERTO MADORRÁN UN VETERANO SOCIALISTA


Hace ya varios días que el compañero Roberto Madorrán nos dejó a sus 84 años. Para muchos será simplemente un ciudadano más, pero para quienes formamos parte de la familia socialista, Roberto ha sido —junto a otros tantos— una pieza fundamental para entender la historia del PSOE en Logroño, en La Rioja, y en el avance de la democracia en nuestra tierra.

Terminando la década de los 70, y en La Rioja, como en el resto del país, se respiraba un aire de esperanza, de miedo, y también de dignidad. El franquismo se deshacía lentamente, pero no sin resistencias. Aún se militaba en la clandestinidad, en locales discretos, en conversaciones a media voz. Fue en ese contexto en el que conocí a Roberto, un logroñés valiente que con ardor defendía sus sus ideas. Él representaba esa generación que no bajó los brazos, que trabajó sin focos ni homenajes para que hoy tengamos los derechos y libertades que disfrutamos.

Años más tarde, tuve el placer de reencontrarme con él pues Roberto trabajaba un oficio noble y discreto, cercano a uno de los que tuve siendo aprendiz. Yo había empezado en un taller donde se moldeaba el oro: pulseras, alianzas, pequeñas joyas cargadas de historia. Él, con la misma precisión y cariño, atendía su taller, ubicado frente a la entonces Delegación de Hacienda, hoy Agencia Tributaria.

Ya como secretario general de UGT en La Rioja, no faltaba nunca la visita  anual a su despacho para encargarle una insignia especial que cada 1º de Mayo entregábamos a aquel sindicalista que considerábamos que se la había ganado con creces. Roberto ponía en cada insignia no solo su oficio, sino su historia, su militancia, su compromiso.

No puedo cerrar este pequeño homenaje sin mencionar a su compañera, Fe Castresa. Gracias, Fe, por caminar a su lado, por compartir con todos nosotros su luz y su compromiso.

Que la tierra te sea leve, compañero Roberto. Hasta pronto.

28/5/25

VISTO LO VISTO. OJO POR OJO

 

El peso del pasado reciente de Alemania condiciona su presente diplomático. Mientras tanto, el mundo asiste con impotencia al drama de Gaza, atrapado entre el cálculo político, la crueldad y la indignación moral que crece lentamente en las calles.

La posición del Gobierno alemán respecto a la guerra en Gaza es, en esencia, el fruto de un complejo de culpa histórico. Y la culpa es una fuerza poderosa: paraliza, nubla el juicio, nos encierra en decisiones motivadas por el miedo al error ya cometido, en lugar de guiarnos por la esperanza de un bien futuro.

Pero no se puede seguir mirando hacia otro lado ante un genocidio que se televisa día tras día. No se trata ya solo de cifras ni de geopolítica: lo que ocurre en Gaza y Cisjordania es una tragedia humana constante, y cada vez percibo con más claridad el hastío y la desesperación en mi entorno. ¿Cuánto más debe ocurrir para que la muerte deje de campar a sus anchas en Palestina?

En medio de esta impotencia, me descubro soñando con un mundo donde el odio sea una "avis rara", una rareza que nos sorprenda, no una plaga cotidiana. Pero hoy, ese odio parece la octava plaga de Egipto que faltaba por desatarse.

Sé que lo que voy a decir resulta contradictorio, incluso odioso, pero no puedo evitarlo: deseo la desaparición inmediata de Netanyahu. El gobierno de Israel no son los defensores de la Ley del Talión. Pue eso, que empiece el baile. Trump y Merz tienen mucho que decirnos.

27/5/25

EL SUPUESTO CAOS REVITALIZA AL PP

 No hay caos, aunque la derecha se esfuerce en instalar esa idea. Lo que hay es ruido, confusión interesada y una ofensiva narrativa bien construida. Y ante eso, el PSOE tiene un reto: explicar mejor, con claridad y sin complejos, lo que está haciendo. Porque si la política se convierte en una batalla de percepciones, no basta con gobernar bien. También hay que contarlo bien. 

Cada uno puede elegir el sondeo que más le convenga para armar su relato, pero lo que empieza a tomar cuerpo es una sensación que favorece a la derecha: entre la desafección que nutre a Vox y la arrogancia sustentada por bulos que impulsa al PP, el bloque conservador sigue sumando. Y si nadie lo impide, seguirá creciendo. 

En este contexto, la izquierda —y especialmente el PSOE— no puede permitirse seguir gestionando el día a día como si fuera suficiente. No lo es. Hacer política institucional está bien, pero hoy es igual de importante diseñar una estrategia para combatir, desde abajo y desde arriba, el clima de descrédito que se extiende como una niebla densa. Una niebla que alimentan portavoces de toda índole, reforzando la idea de que España es un país al borde del colapso. 

Los socialistas estamos obligados a defender la democracia social.

La última encuesta del CIS enciende las alarmas: PP y Vox alcanzarían juntos la mayoría absoluta con 182 escaños. El PP, por sí solo, ha recuperado ocho diputados en solo un mes. 

El apagón informativo ha dejado el campo libre a una derecha que ha sabido vender la teoría del caos: las consecuencias de la DANA, los fallos en los trenes, el bloqueo parlamentario, las tensiones con Junts, los choques internos en el Ejecutivo, la división en la izquierda… Todo se presenta como prueba de un país que se descompone. Incluso una medida tan potente como la reducción de la jornada laboral queda eclipsada. 

Los datos del CIS lo confirman: el PSOE cae al 29,4% en estimación de voto, su peor registro del último año, dos puntos por debajo del resultado que obtuvo en las elecciones generales. Hay un problema claro de movilización: más de 700.000 votantes socialistas están hoy desactivados. Algunos migran hacia el PP; otros, simplemente, se quedan en casa. 

La mentira como estrategia

Y si a eso le sumamos la fragmentación a la izquierda del PSOE, la foto es aún más preocupante. Podemos y Sumar están prácticamente empatados en intención de voto, con solo 1,9 puntos de diferencia, la menor distancia registrada hasta ahora. Las negociaciones entre ambas formaciones se avecinan complicadas, por no decir imposibles y el número de escaños que sumarían juntos se ha desplomado a la mitad de lo que obtuvieron en julio de 2023. ¿Qué hará IU? 

Todo esto ocurre, paradójicamente, en un contexto sin crisis económica. Ni las expectativas personales ni la percepción general del país están hundidas. España no se rompe por mucho que lo diga el PP. Lo que hay es un rechazo creciente a la clase política. Así los partidos y los políticos son hoy el principal problema para el 14% de los ciudadanos, por encima incluso de la vivienda o el desempleo. 

La conclusión es clara: no hay caos, pero sí hay un relato del caos que está funcionando. Y si la izquierda quiere cambiar el guión, tiene que dejar de mirarse el ombligo. El PSOE necesita ordenar, visibilizar y popularizar lo que hace. Y su militancia, activarse en la calle, barrio a barrio, conversación a conversación. Solo así podrá volver a ser el referente, no solo de la izquierda, sino de toda una mayoría social que no quiere retrocesos. 

 

 

11/5/25

NO SE PUEDE SER NEUTRAL

Días atrás, al ver pasar una de tantas procesiones, comenté con ironía: “Si por cada golpe de tambor dado por cualquier cofrade resucitara un palestino, me hubiera sumado con gusto al cortejo. ”Pero el milagro no se hizo carne.

Hace apenas unos días asistimos, simbólicamente, a los funerales del Papa Francisco. Aquel acto congregó a poderosos de toda índole y a personas de buena fe para despedir al Sumo Pontífice, vicario de Cristo, sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia Católica, cabeza visible de esta institución y guía espiritual de millones de fieles.

Sin embargo, al contemplar hoy lo que continúa sucediendo en Oriente Próximo, me atrevo a afirmar que ni el catolicismo ni ninguna otra religión parecen tener la fuerza necesaria para detener las guerras, los exilios y los genocidios actuales. Me temo que, aun si todos los seres vivos del planeta —creyentes o no— nos flageláramos como penitentes de San Vicente de la Sonsierra, los poderosos y los tiranos que nos gobiernan no detendrían el saqueo, el expolio ni la muerte que siembran.

Lo digo porque la religión, en muchos casos, no es más que un desdoblamiento deformado de la realidad. Un mundo invertido. Las personas crean a los dioses buscando consuelo espiritual, pero luego se presenta como si fuera un dios quien crea al ser humano y su mundo. Esta inversión nos confunde y nos paraliza. Y así nos va.

Por eso, he dejado atrás la ilusión de que algún milagro traiga la paz a Ucrania, Palestina o Sudán. Prefiero refugiarme en el pensamiento crítico, en los libros que no se doblegan ante dogmas ni supersticiones. Como diría alguien: “Somos hijos del Siglo de las Luces”, cuando la razón, el conocimiento y el impulso modernizador se convirtieron en bandera de una humanidad que aspiraba a superar su oscuridad.

Pero leer no basta. La lectura debe conducir a la acción. Y hoy más que nunca, sigue siendo válida la meta de construir una sociedad mejor, que supere este presente y el futuro distópico que algunos están proyectando.

Porque no hay que mirar muy lejos: en todos los continentes las sociedades están cada vez más fracturadas. La brecha entre quienes tienen y quienes servimos a sus intereses se ensancha, y los de abajo estamos cada vez peor.

En este contexto global, creo que el deber de cualquier persona —por simple instinto de supervivencia— es apoyar todas las causas que busquen frenar este sistema que genera miseria, enfermedad, opresión y muerte para millones en todo el mundo.

Seguramente, habrá quien piense que estoy siendo partidista, o incluso excluyente. Yo no lo creo. Al contrario, hoy más que nunca debemos dar la bienvenida a la participación de toda persona, sin importar su nacionalidad, color de piel o creencias religiosas. Porque lo que enfrentamos no es sólo una guerra comercial: es un intento de sometimiento global, alimentado tanto desde la Casa Blanca como desde el Kremlin.

No hay más que recordar las palabras del propio Papa Francisco, o las del socialista y Secretario General de la ONU, António Guterres, en los últimos años. Ante tanta injusticia, no se puede ser neutral.

18/4/25

EN RECUERDO DE ELÍAS DÍAZ. UN EJEMPLO DE UN SOCIALISTA DEMOCRÁTICO

Para los que no saben cómo dejar un partido centenario como es el PSOE, que se agarran a los falsos ciberamigos y cual tiovivo dan vueltas y vueltas sin encontrar un relato que aclare su marcha. Lean lo que a continuación expongo y que parcialmente copio de un obituario firmado por Manolo de la Rocha exPortavoz de Izquierda Socialista.*

El pasado 3 de febrero murió, tras una larga enfermedad, Elías Díaz, catedrático de Filosofía del Derecho, intelectual comprometido con la memoria del socialismo de nuestro país y maestro de una importante escuela de profesores y de varias generaciones de estudiantes. En ese socialismo nos legó su pensamiento y el ejemplo de su militancia. 

Elías se definía a sí mismo como socialista democrático, que diferenciaba en muchas ocasiones de la socialdemocracia, como mero reformismo, y por supuesto, del leninismo y del anarquismo. Un socialismo “que es bien consciente de la necesidad de transformar las relaciones capitalistas de producción … a través de un fuerte control colectivo del mercado y de la propiedad de los medios de producción”, pronunciándose a favor de “una economía mixta con planificación democrática” y de lo que ha llamado reiteradamente una participación de todos los ciudadanos en los resultados, en educación, salud, pensiones, etc. 

Su socialismo, pues, está muy entroncado con su concepción del Estado Democrático de Derecho, entendido no sólo como democracia formal-liberal, sino también como democracia económica con pleno cumplimiento de los derechos humanos para todos y como medio indeclinable de transformación, en la tarea progresiva ´de configurar una sociedad socialista. 

Grandes y diferenciadores conceptos que hoy intercambian y confunden muchos de nuestros líderes intentando no asustar a la ciudadanía. Esto sí que podría dar paso tras una reflexión a marchar o quedarse en un partido. Me refiero a las sensibilidades ideológicas y a la coexistencia de todas ellas en una misma formación. A sí que si no es por esto, entonces es por egocentrismo. En fin, lean a Luis Gómez Llorente...Al pan, pan y, al vino vino.

 

8/4/25

Ante el “NAZItrumputismo”: prevenir antes que curar

 

Esta popular frase transmite la importancia de ser precavidos y la conveniencia de anticiparse a los hechos aplicando medidas que permitan prevenir problemas en el futuro. 

Sirva esta entradilla para hablar sobre el orden mundial que nos quieren imponer EEUU y Rusia en el que la influencia geopolítica de estas naciones, el rol económico y el personalismo de sus líderes se entrelazan para herir de muerte las democracias. Donde el otrora socio, Donald Trump, ya ha dejado claro que no le gustan las organizaciones multilaterales, suspendido la financiación para la agencia de los refugiados en Gaza, o se haya retirado del Consejo de Derechos Humanos de la propia ONU. Todo apunta a un nuevo sistema geopolítico y un nuevo orden económico. 

Y, ante esto, ¿cuál es la actitud que mantienen a
lgunos ciudadanos de la izquierda? Dudar y abiertamente situarse en contra del qué hacer ante el golpe dado por el NAZItrumputismo, a la par de ver políticamente en el pacifismo la salida para enfrentarse al imperialismo agresor yanki y ruso.
 

No hace tanto tiempo muchos de estos que ahora enarbolan la bandera del pacifismo, se manifestaban bajo el principio: “no se puede ser neutral ante una injusticia” y, hoy se refugian en el buenismo. Los que dicen que no ven la solución en lo dicho estos últimos días por la Comisión o el Consejo Europeo, harían bien en aclarar como hubieran defendido estos tres años al pueblo ucraniano y su soberanía como Estado. ¿Con flores y canciones? 

Ya en la segunda quincena de marzo en un pleno del Congreso de los Diputados, Sumar se desmarca del PSOE y vota en contra de la estrategia europea en defensa y seguridad y en favor de la salida de la OTAN. Paralelamente el PP evita condenar las amenazas de Trump a otros países. 

Puede que muchos de estos políticos vean las fronteras rusas muy lejanas, pero sinceramente, pregunto especialmente a la izquierda ¿Qué harían si fuéramos atacados por el amigo de EEUU y vecino del sur que tenemos? Me refiero a Marruecos. ¿¿O si Rusia invade alguna de las repúblicas bálticas?? ¿¿Seguirían instaladas en la pose de: ¡¡Haz el amor y no la guerra?? 

Así las cosas, me veo obligado a evocar a Martin Niemöller que pasó los últimos ocho años del dominio nazi, de 1937 a 1945, en prisiones y campos de concentración, aunque quizá lo recordemos más por su declaración hecha en la postguerra: “Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre”. 

De verdad. Con todo respeto. Seguir pensando que estamos en la década de los 80 donde se coreaba el lema OTAN NO, demuestra un infantilismo político carente de análisis crítico de la realidad en la que nos encontramos. 

Me niego a colaborar con aquellos que rechazan la lógica de la prevención mediante el aumento de las capacidades en defensa y seguridad unitaria del conjunto de la Unión Europea, junto a la necesaria cooperación con aliados estratégicos como Reino Unido, Noruega y Turquía. Estamos. ¿O no estamos?